Además de las diferencias en el uso de la batería, el funcionamiento de un motor eléctrico es otra de las características que distinguen a esta movilidad de la tradicional de combustión. Te contamos cuál es.
Un motor eléctrico es un dispositivo electromecánico que convierte energía eléctrica en energía mecánica. Cuando esto sucede, genera un movimiento, que es el que permite desplazar a los vehículos eléctricos. Al no tener que hacer uso de los combustibles fósiles, como la gasolina o el diésel, resultan más ecológicos y sostenibles.
En cuanto a sus partes, es conveniente conocerlas para entender el funcionamiento de un motor eléctrico. A diferencia de los vehículos tradicionales, no existen piezas como los cilindros o los pistones. Por tanto, su mantenimiento se simplifica, así como la dificultad y el coste de las averías.
En este tipo de coches, hay cuatro grupos de piezas en el sistema eléctrico. A continuación te los dejamos junto a sus funciones.
Ahora que sabemos cuáles son sus partes, podemos pasar al funcionamiento de un motor eléctrico. En su interior, este cuenta con una parte estática y otra móvil, y que son el estátor y el rotor, respectivamente. El primero va acompañado de arrollamientos que permiten el paso de la corriente eléctrica y crear un campo magnético en aquel.
Allí también se encuentra el rotor, cuyo campo magnético es fijo. Este es arrastrado por el del estátor para que gire, y a su vez, y gracias al acompañamiento de los engranajes, se genera un movimiento que hace que las ruedas del coche giren.
Pero esta energía no siempre funciona de la misma forma, sino que existen dos vías diferentes para su uso. Antes las mencionamos, y son la aceleración y la desaceleración. Ambos quedan bajo el control de quien conduce, y hacen que el funcionamiento de un motor eléctrico y su energía se modifiquen.
Esta es una de las diferencias principales con los motores térmicos. Los eléctricos usan la energía eléctrica para convertirla en cinética, que es la que genera movimiento. Pero al mismo tiempo, pueden pasar esta última a eléctrica de nuevo y así usarla para la recarga de la batería. Si lo vemos en detalle sería:
Aceleración
La energía eléctrica va de la batería al convertidor como corriente continua, y allí se transforma en alterna para poder dirigirse al motor, donde activa el rotor y genera el movimiento de las ruedas.
Desaceleración
En esta fase el movimiento es a la inversa. Cuando se levanta el pie del acelerador y las ruedas ya están en movimiento, el motor genera una resistencia y la energía cinética pasa a corriente alterna. Esta vuelve al convertidor y allí se convierte en continua, para almacenarse en la batería. Esta es la frenada regenerativa de la que disponen los coches eléctricos.
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