Los coches eléctricos llevan años representando la movilidad del futuro. Pero ese futuro está más cerca que nunca y ha llegado el momento de plantearse en serio su compra frente a los de combustión. En este artículo, conocerás qué tipos de motores hay y su funcionamiento.
La experiencia y el uso nos van dando el conocimiento sobre el funcionamiento de los vehículos. Sin embargo, los coches eléctricos son todavía una novedad, e incluso los grandes fabricantes siguen invirtiendo para mejorar su autonomía y prestaciones.
Estos vehículos tienen como principal característica el uso de una batería eléctrica. Esta es la encargada de generar la electricidad que luego será suministrada al motor para que pueda funcionar y hacer que el vehículo se desplace. Pero no existe un único tipo de motor, sino que hay varios, y son los que te dejamos a continuación.
Motores de corriente continua (DC)
Los motores de corriente continua son una de las opciones más habituales en los coches eléctricos. Sobre todo en aquellos modelos más antiguos y o en los vehículos que tienen una menor potencia. Estos motores funcionan mediante la conversión de la energía eléctrica almacenada en las baterías en movimiento mecánico. Utilizan un sistema de escobillas y conmutadores para controlar el flujo de corriente. Gracias a este sistema, se produce la rotación del rotor y, por ende, el movimiento del vehículo.
Las ventajas de estos motores son la simplicidad en el funcionamiento y el mayor control de la velocidad y de la dirección. Los motores de corriente continua son relativamente simples tanto en el diseño como en la construcción. Por tanto, su producción también resulta más económica.
No obstante, como cualquier tipo de motor también tienen sus inconvenientes. Estos son el desgaste continuo de las escobillas porque hacen contacto con el rotor, que hace que sea necesario realizar un mantenimiento regular para cambiarlas cuando sea relevante. Además, la eficiencia de estos motores es limitada en comparación con los motores de corriente continua, que tienen una mejor gestión de la energía.
Motores de corriente alterna (AC)
Los motores de corriente alterna están ganando popularidad en la industria de los coches eléctricos debido a su mayor eficiencia y rendimiento en comparación con los motores de corriente continua. Para funcionar, usan la variación de la dirección de la corriente eléctrica. De este modo, se genera un campo magnético que impulsa la rotación del rotor.
Dentro de las ventajas de estos motores, encontramos la mencionada mayor eficiencia, que permite maximizar la autonomía que se consigue con cada carga de la batería. También el mantenimiento es más sencillo. Al no requerir escobillas, los motores de corriente alterna tienen una vida útil más larga y requieren menos revisiones.
Los inconvenientes que presentan estos motores son el coste inicial, que encarece la inversión inicial en estos coches eléctricos, y el control más complejo del vehículo en la gestión de la velocidad y el par motor. Sin embargo, hay que pensar en los beneficios que suponen a largo plazo.
Motores síncronos de imanes permanentes
Estos motores son una variante de los motores de corriente alterna y utilizan imanes permanentes en lugar de bobinas electromagnéticas en el rotor. Este sencillo cambio les confiere una mayor eficiencia y un mejor rendimiento.
Por tanto, puede decirse que sus ventajas con la alta eficiencia, ya que los imanes permanentes proporcionan un campo magnético constante. Y la mayor densidad de potencia; los motores síncronos de imanes permanentes pueden ofrecer una mayor en un tamaño más compacto en comparación con otros tipos de motores.
De nuevo, su inconveniente es que el coste inicial es algo más elevado, porque la tecnología de imanes permanentes puede incrementar el coste inicial del motor. Por otra parte, presentan una mayor sensibilidad a las temperaturas. Los imanes permanentes pueden perder eficiencia cuando aquellas son altas, y si las condiciones son extremas, el motor bajar su rendimiento.
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