La temperatura en los coches eléctricos influye en su rendimiento y eficiencia. Su control permite optimizar la autonomía y la vida útil de la batería, así como el funcionamiento general del vehículo.
Los coches eléctricos tienen un funcionamiento diferente a los de combustión. En los primeros, la batería es la pieza más importante, y es necesario cuidarla si queremos que el vehículo circule sin dar problemas. Uno de los factores más relevantes en ellas es la temperatura.
Las baterías están diseñadas para operar en un rango específico de temperatura. Este suele oscilar entre 20º y 25º. Cuando se enfrían o se calientan demasiado, su eficiencia se reduce y, en casos extremos, puede haber daños irreversibles.
En climas fríos, las baterías tienden a perder capacidad de manera temporal. Cuando esto sucede, la autonomía del vehículo se reduce, mientras que el tiempo de carga aumenta considerablemente. Si las temperaturas están bajo cero, las reacciones químicas en la batería se ralentizan y el coche necesita más energía para funcionar.
En el caso contrario, cuando la temperatura de los coches eléctricos es muy alta, también hay un impacto negativo. Si la batería se sobrecalienta, disminuye su autonomía. De hecho, a partir de los 27º, ya se pierde un 2,8%, mientras que a 38º, la pérdida es del 31% de autonomía. Si las temperaturas superan los 40º, los componentes electrónicos empiezan a deteriorarse y disminuye drásticamente el rendimiento de carga.
Para mantener la temperatura en los coches eléctricos dentro de los niveles adecuados, podemos seguir los siguientes consejos.
Aparca en lugares protegidos o con sombra
Para evitar el sobrecalentamiento de un coche eléctrico, es conveniente buscar un sitio para aparcar que esté protegido del sol. Al menos, durante los meses de más calor. La exposición directa a la luz solar durante muchas horas eleva la temperatura interna del vehículo y afecta a la batería.
Usa sistemas de climatización de forma eficiente
Los coches modernos, como los de AIXAM, suelen venir equipados con sistemas de gestión térmica avanzados. Estos se encaran de regular la temperatura de la batería de forma automática. Sin embargo, hay que evitar el uso excesivo de los sistemas de climatización, como la calefacción o el aire acondicionado. Además de consumir mucha energía, también reducen la autonomía del coche.
Mantén el coche enchufado en temperaturas extremas
En situaciones de frío extremo o calor intenso, es aconsejable mantener el coche enchufado a la red mientras no se está utilizando. De este modo, el sistema de gestión de la batería podrá mantener la temperatura adecuada sin consumir la energía de la propia batería. Una alternativa es cargarlo justo antes de salir y acondicionar la temperatura interior para que sea la adecuada, sin utilizar la carga de la batería.
Planifica las rutas en función del clima
Conocer el clima local y mantenerse al día con los cambios que se vayan produciendo también ayuda a controlar la temperatura de los coches eléctricos. Por ejemplo, se deben evitar las zonas de tráfico denso que no tienen sombra o buscar rutas alternativas que permitan sortear las altas temperaturas. En las zonas frías, siempre que se pueda, se deben elegir las horas de más calor para realizar los trayectos largos. Mientras que en las calientes, será a la inversa.
Haz un mantenimiento regular del sistema de refrigeración
Los coches eléctricos tienen un sistema de refrigeración específico para mantener la temperatura de la batería y otros componentes. Sin embargo, hay que revisarlo con cierta periodicidad para asegurarse de que está en buenas condiciones.
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