La tecnología es uno de los aspectos más importantes de los vehículos eléctricos, ya sean automóviles convencionales, ciclomotores o coches sin carnet AIXAM. Igual que en un vehículo de combustión todas las piezas deben trabajar simultáneamente para que todo vaya rodado, las tecnologías de un coche eléctrico también deben complementarse entre sí.
Probablemente, estés familiarizado con las piezas, los sistemas e incluso con las averías más frecuentes de los modelos gasolina o diésel. Sin embargo, la irrupción de los eléctricos en el mercado obliga a entender su funcionamiento y cuáles son las tecnologías más importantes. Si estás pensando en adquirir uno de estos vehículos, e incluso ya tienes uno, ¡toma nota de las diez tecnologías más importantes! Todas son imprescindibles para su buen funcionamiento.
La batería de iones de litio se puede definir como el corazón de un coche eléctrico. Su función es almacenar la energía eléctrica necesaria para alimentar el motor. Suelen ser piezas ligeras y con una alta densidad de energía, lo que permite almacenar grandes cantidades de electricidad en un espacio reducido. Evidentemente, se pueden recargar y por eso son imprescindibles en las tecnologías de un coche eléctrico. Además, los fabricantes trabajan para aumentar la capacidad de la batería y, por ende, su autonomía de ciclo.
El motor eléctrico es el responsable de convertir la energía eléctrica almacenada en la batería en energía mecánica que impulsa el vehículo. A diferencia de los motores de combustión interna, los motores eléctricos son más eficientes y no producen gases ni emisiones contaminantes. Además, proporcionan una aceleración suave y no hacen ruido, lo que mejora considerablemente la experiencia de conducción.
El sistema de gestión de energía, otra de las grandes tecnologías de un coche eléctrico, controla y administra la energía que se almacena en la batería. Se encarga de regular la carga, descargar la batería, optimizar el rendimiento y la durabilidad. Además, hace funciones tan importantes como monitorizar su temperatura y protegerla contra sobrecargas o descargas excesivas. En definitiva, asegura un funcionamiento seguro y eficiente.
El sistema de carga permite recargar la batería del vehículo eléctrico. Suele incluir un puerto de carga, igual al de cualquier dispositivo electrónico, en el exterior del vehículo o coche sin carnet. Además, son imprescindibles los cables y conectores para conectarse a la fuente de alimentación eléctrica.
Los coches eléctricos se pueden cargar en casa, en estaciones públicas o en puntos de carga rápida, lo que ofrece flexibilidad a los usuarios. Además, las autoridades competentes ya trabajan para instalar muchas más zonas de carga con el objetivo de facilitar el acceso al vehículo eléctrico.
El controlador de velocidad regula la potencia que se suministra al motor eléctrico, lo que al mismo tiempo controla la velocidad del vehículo. Esta tecnología permite una aceleración suave y una respuesta rápida, ofreciendo al conductor un mayor control sobre el coche. Además, este sistema también gestiona el frenado regenerativo y otros aspectos relacionados con la eficiencia energética.
El convertidor de corriente es el que se encarga de transformar la corriente que llega de la batería en corriente alterna para alimentar el resto de componentes eléctricos del vehículo. Los más habituales son el sistema de iluminación, la climatización o los sistemas de entretenimiento. Otra de las funciones de estas tecnologías para coche eléctrico es adaptar la corriente y el voltaje para cargar dispositivos externos, como pueden ser teléfonos móviles.
El sistema de refrigeración en un coche eléctrico es esencial para mantener la temperatura óptima de la batería y del motor eléctrico. Evita el sobrecalentamiento, garantiza un rendimiento óptimo y una vida útil prolongada de los componentes eléctricos. Los sistemas de refrigeración pueden utilizar líquidos refrigerantes o sistemas de enfriamiento por aire, dependiendo del diseño del vehículo.
El sistema de transmisión en un coche eléctrico es mucho más simple que en un vehículo de combustión interna. En lugar de una caja de cambios compleja, los coches eléctricos generalmente utilizan una transmisión de una sola velocidad o no requieren transmisión en absoluto. Esto se debe a que los motores eléctricos tienen un alto toque desde el principio, por lo que pueden proporcionar la potencia necesaria para impulsar el vehículo sin necesidad de cambiar de marcha.
Esta simplicidad en el sistema de transmisión no solo reduce la cantidad de componentes mecánicos, sino que también contribuye a una conducción más suave y eficiente.
Y la última de las tecnologías más importantes en un coche eléctrico es la electrónica de potencia. Es un sistema que desempeña un papel fundamental en el funcionamiento de cualquier vehículo eléctrico. Se encarga de controlar y regular la energía que fluye entre la batería, el motor eléctrico y otros sistemas del vehículo. Esto incluye convertir la corriente continua de la batería en corriente alterna para alimentar el motor, así como ajustar la tensión y la frecuencia de la corriente eléctrica según sea necesario.
Ahora que ya sabes cuáles son las principales tecnologías de un coche eléctrico, ¡llega el momento de encontrar tu próximo vehículo! Si buscas una alternativa de movilidad sostenible para entornos urbanos, en AIXAM tienes disponible la gama e-AIXAM de coches eléctricos sin carnet para que encuentres el que mejor se ajuste a tus necesidades. Explora nuestra red de concesionarios y déjate sorprender por sus ventajas.